Había una niña que tenía un peluche que su mamá se lo había hecho con trapos viejos y le había dado la forma de perrito. La niña le dio el nombre: “Como tú”. “Como tú”, era la posesión más valiosa y más querida de la niña. Tenía otros juguetes que habían costado mucho más, pero ninguno era tan querido. A “Como tú”, lo abrazaba y lo llevaba a todas partes y con el tiempo se ensuciaba increíblemente. Limpiarlo, era un grave problema por que no era fácil separar a “Como tú” de la niña. Al lavar el perrito empeoró las cosas. Todo el relleno de “Como tú” se salió al final y no era más que una bola de trapos raídos y sucios. ¡Pero aun así cuanto lo quería aquella niña!. A veces quizás nosotros nos podemos sentir como un “perrito de trapo”. El pecado heredado y nuestras propias faltas nos hace sentir dañados y ensuciados. Pero cobremos ánimo, Jehová nos quiere sin medida. Cuando nos arrepentimos de corazón, pedimos perdón y ponemos fe en el sacrificio de Jesús, entonces Dios nos mira a ti y a mí y nos dice: “¡Eres mío!”. Que siempre tengamos presente que no hay cosa mayor que saber que Jehová Nos ama.Agradecimiento a nuestra hermanita Pily por el Email...☺☺ |